Eres alma eterna,
canción errante y taciturna.
Giras por el lado
más acabado de la vida.
Juegas a tocar tristes baladas
y bailas sonriente bajo la lluvia.
La neblina se escabulle entre las blancas piedras.
Miras, ingrata.
del otro lado del que giras.
Las lágrimas resbalan por tus moradas mejillas.
Bebes, corazón
de aquél otro que te embriaga,
del que te enamora cuanto desconoces
E ignoras el que a lado tuyo te ama.
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