Casa del Muffin

Este es un pequeño espacio personal, mi asilo mental; lo compartiré con ustedes, disfruten con un muffin en mano y una rica taza de té (:

domingo, 7 de septiembre de 2014

¿Qué hago ahora?

Degusto los besos de tu boca, que me quedan tras la ausencia.
Las palabras que le hablan a mi piel resuenan aún en ecos, se albergan poro tras poro,
me gritan, me llaman por mi nombre, su voz se distorsiona hasta volverse irreconocible.
Y en la habitación la melodía que jamás sonó, no deja de tocarme.

Entonces heme ahora aquí 
cuestionando a la noche, acerca de cosas del amor
Y le pido una palabra
que me haga retener tu imagen
y vivir tu recuerdo.
Que me tome y me libre del mar de las dudas
Que cubra mi cuerpo de estraza
del viento frío del invierno
que congela mis pasos
y los manda de regreso
de regreso a casa, bajo la colcha.

Allí un poema que jamás se escribió 
me es susurrado bajo el anonimato de las sombras.
Cometí el error de dejar de escucharle entre sueños 
y poner en su boca mis palabras.
Cometí el error de dejar que se escurriera entre mi pelo, 
y permitir que humedeciera mi alma.
Debí decirle “vete” 
cuando podía abandonarme sin que mi importara.
Debí decirle “quédate” 
sin miedo a cortar mi lengua con mis ganas.

Hubo un momento en que todas las cosas fueron relevantes y volaban sobre mi cabeza, me picaban buscándome, pidiendo que saliera, que saliera a volar con ellas. 

Y yo les dije, desde mi prudencia: <<esperemos a que salga el sol y se asiente el sereno de la mañana. Podremos disfrutar así de la luz del día.>>

Entonces no sabía lo que era estar a estas horas, acompañando en su marcha a la madrugada, velando ilusiones ajenas, mientras las mías se encaminan a matarse una tras otra, como los segundos del reloj, viviendo su muerte, muriendo sus vidas.

La melodía se posa aún, decide posarse  en la cama y hacerme compañía, decide tocarme y hundirse en mi almohada, me busca la cara, la mirada. Me busca y pide entrar. Viene cortés a mí y le acepto. Espero entonces que no pare, que pueda escucharle. 
 Ahora me dice: <<Nunca has sabido, qué es esto sin la duda.>>
 Y la noche le acompaña en su defensa: <<Es cierto, no has sabido vivirlo sin matarte, a cada respiro, a cada sueño.>> Y prosigue en su lascivo discurso: <<No has sabido morirle sin vivirte, justo cuando se escapa, justo cuando se diluye en el viento, justo en ese momento, despiertas>>
Noche, le digo yo <<dime ¿qué hago ahora?>>.

jueves, 4 de septiembre de 2014

La Guerra

¿Escapamos entonces con vida?
¿Perdimos o ganamos la batalla?
Hago el recuento, hay ciento de heridos, decenas de muertos.

¡Vaya! ¡Y no se ha derramado ni una gota!
La sangre no fluyó nunca
Pero se congeló, bajo mi piel, en mis venas.

Entonces los cañones sonaron y vino a darse todo esto
No sabía entonces que estaba parada en un campo de guerra.
Corrimos, sí corrimos! Admitimos que tuvimos miedo.
Entonces vimos de cara a la muerte
Y era más pequeña de lo que parecía.
Y mis tropas decidieron desfilar hacia el frente, a la acción, a la batalla.
Aún con sus armas improvisadas
Aún sin sus defensas
Lo importante era estar ahí. ¡Luchar!
Lo importante era acecharle ¡tomarle!
Pero no queríamos matarlo, no, de eso nada. 
Nos paralizamos frente a frente
Nos deshicimos uno al otro
Con silencios, con miradas.

Al paso del tiempo uno a uno iban cayendo
De su bando, de mi bando.

Y volvemos al momento presente

¿Ganamos o perdimos la batalla?
Aún sigue el recuento de heridas.


Son las cuatro de la mañana
Les espero a ambas
la duda y el miedo
El miedo acaricia mi pelo
La duda susurra a mi oído
Entonces sutilmente se meten a la cama
se deslizan bajo las colchas
y como si fuera a huir de su yugo, me abrazan.

La duda

Una duda
Una duda callada, una voz hecha silencio
Un eco que no termina de reproducirse
Una voz que no termina de escucharse
¡Calla!
No escuches, y mira
Mira, no juzgues, sólo abraza
Ya llegará el momento de lamentarnos
Pero ahora
¡Siente!
Detente a la par de los segundos, avanza detrás de ellos a paso lento.
Siéntate a lado de la sombra.
Sé como el viento, ligero ahora.
Y si se escapa...
¿Y si se escapa?
Y si salió corriendo en lo que escribía éstos fragmentos
Entonces ¿qué estabas viendo?
¡Voltea!
¿Está aún allí?¿Aquí?
¿Dónde estás parada?...

¿Ahora a dónde vamos?...
Otra duda... calla....

La trago, me asfixia. Digiérela.
Aún no se sacia tu vacío...
Come... hay más de donde vino esa, es como un manantial, emanan, de la tierra, de las rocas, en el agujero bajo mis pies, debajo de mis poros, emanan. Me humedecen la piel, me refrescan, no me dejan seca ni un segundo.

Y nado ahora entre ellas.

Estás en un mar... ¿él construyó siquiera una balsa? ¿Pensaba nadar?

¿Dónde está ahora? ¿Y mi horizonte?

Mi pecho no deja de oprimirse, mi voz de romperse.

Nada ¡NADA!

Ahora... intentaré salvarme, o no salvarme? Aguarda... esperabas a ser salvada?

¿Cuándo me alejé de la orilla? ¿Lo tenías esperado?

Cuando anochezca, esperaré una estrella, una Luna, un faro... Prepárate a nadar entre tinieblas.

Entre susurros me impulso... nada se extingue, nunca la duda.

Pienso...

Y pienso en las cosas que voy perdiendo
y los pasos que dejan huella en la memoria
y en la arena antes de sucumbir al peso de mis pies.

Pienso en la primera vez que me animé a tomar frente a otros
y le dije a la niña interna: no nos hará daño, estarás bien.

Pienso en la primera vez que compartí una cama
y mis sueños ocurrían a la par de un extraño
y del amor que estaba ausente
y le dije: aprenderemos a amar, a amarnos.

Pienso en el primer beso robado, y en el segundo
y me dije: tuvimos mucho tiempo conservándolo

Pienso en el primer intento fallido de aliar mi vida a la de otro humano
y de sincronizar mis sueños y digo ¿cuántos años han pasado?

Pienso en el amor que no conozco
Pienso en las experiencias que en otros no fueron
Pienso en los ideales sobre los cuáles he y han pasado

Pienso, lo hago, lo vivo en mi piel

Pienso en los motivos que me llevaron
y luego los motivos por los que permanecí
pienso en los motivos de por qué huyo
y luego en los motivos por los que me sobreviví

¿Será que he derribado mis murallas
o me conformo con tan poco?
¿O sólo he decidido ver lo que siempre ha estado frente de mí?

Pienso en el coraje reunido
en llamar las cosas por su nombre
y quedarme sin disfraz
sin velos
y salir al mundo
sin nudos
desnudo.