Al fin, después de muchos malditos monólogos, me he decidido a pedir ayuda, espero que surta efecto para poder salir de este círculo vicioso que lleva reproduciéndose casi 8 años. Fue difícil tomar la decisión sobretodo cuando tienes un ego tratando de sabotearte las 24 horas del día.
P.D.
Esto también parece útil.
¿Cuándo debemos acudir al psicólogo?
•Cuando sintamos que la tristeza, la apatía y la falta de ilusión empiezan a agobiarnos y a emitirnos el siempre equivocado mensaje de que nuestras vidas carecen de sentido.
•El negro o el gris tiñen frecuentemente nuestros pensamientos y nos vemos incapaces de encontrar algo positivo en nuestras vivencias cotidianas.
•Todo a nuestro alrededor lo percibimos amenazante y nos sentimos solos, incomprendidos o desatendidos.
•Pensamos que la desgracia se ha cebado en nosotros y comenzamos a asumir que todo nos sale mal y que las cosas no van a cambiar.
•Estamos atenazados por miedos que nos impiden salir a la calle,
relacionarnos con otras personas, permanecer en un sitio cerrado,
hablar en público, viajar, etc.. Es decir, cuando el temor o la
inseguridad nos impiden desarrollar nuestras habilidades y disfrutar de
personas, animales y cosas que nos rodean.
•La obsesión por padecer graves enfermedades o contagiarnos de ellas nos lleva a conductas extrañas y repetitivas, de las que no podemos prescindir sin que su ausencia nos genere ansiedad.
•Nos sentimos "con los nervios rotos" y casi cualquier situación hace que perdamos el control y sólo sepamos responder con agresividad o con un llanto inconsolable.
•Nos damos cuenta de que fumar, beber o consumir cualquier otra droga, apostar..., se ha convertido en una adicción de la que no sabemos salir
y que genera perjuicios importantes en nuestra vida o en la que de
quienes nos rodean. Cuando decimos que lo tenemos controlado es quizás
cuando estemos peor y necesitamos mayor ayuda.
•El estrés empieza a mostrarse a través de sus síntomas psicosomáticos: insomnio, problemas digestivos, cardiovasculares, sexuales......
•La ansiedad es una constante diaria, que impide la estabilidad y serenidad necesarias para mantener un pensamiento positivo, una conducta tranquila y el goce de los pequeños placeres cotidianos.
•Los silencios, los desplantes o los gritos sustituyen al diálogo, y los problemas de comunicación enturbian nuestra relación con los demás.
•Las dificultades sexuales afloran y vivimos la angustia que causan
la impotencia, la falta de deseo o de sensaciones eróticas y, sobre
todo, la imposibilidad de gozo y comunicación con la persona
destinataria de nuestro amor.
Fuente: http://www.ayuda-psicologia.org/search/label/custodia
No hay comentarios:
Publicar un comentario