Casa del Muffin

Este es un pequeño espacio personal, mi asilo mental; lo compartiré con ustedes, disfruten con un muffin en mano y una rica taza de té (:

martes, 24 de julio de 2012

Martes 24

Martes 24. 

¿Cómo olvidarlo si acaba de pasar hace tan sólo un par de horas?

Bueno, pues fue un día con una considerada carga emocional. Primero que nada, todos salen de casa y me dejan sola, así que decido ir a ver que hay de nuevo en la vida de mis amigas, llamo a una de ellas,Sachiko, me reuniré con ellas en sólo un par de horas, así que me apresuro a terminar mis pendientes, bañarme estaría de más, el maquillaje lo disimula casi todo; debo comer, no tengo mucho dinero para gastar en la calle.

Tomo el autobús como de costumbre, es el segundo que pasa porque el primero se ha escapado de mis pasos apresurados, bueno, no lo necesito.

Tomo uno que me deja algo alejada, me haré alrededor de diez minutos de la parada hasta el punto de reunión, pero se me hace tarde y no quiero que se enfaden conmigo, caminaré, ya ni modos.

Mi viaje en el autobús no tiene nada de extravagante, ni sobre natural, ni fuera de lo común, a excepción de una cosa; pasando por una de las avenidas más transitadas de la ciudad, desvío mi mirada hacia la ventana ubicada a mi izquierda y veo una obscura silueta, alta, atípica.


Y sí, es él, por el que he estado buscando desde hace un par de años; pasando a un par de metros de mí; a lado de ella.

No puedo descender del camión estando en la esquina de la avenida, tendré que soportar verlo marchar una vez más, a lado de ella. Unos, dos, tres.... cada paso parece lento, parece marchar y quedarse al mismo tiempo.

Su cabello se ve tan sutil. Cómo me lo imaginé el último par de años.

No hay comentarios:

Publicar un comentario