Casa del Muffin

Este es un pequeño espacio personal, mi asilo mental; lo compartiré con ustedes, disfruten con un muffin en mano y una rica taza de té (:

martes, 7 de mayo de 2013

El cuerpo


Y el cuerpo que yace tendido sobre la banqueta adquiere más vida conforme pasan las horas, e incredulidad de su transitada existencia.

Pasa un joven y lo mira. Ve sus ojos negros, ni del todo cerrados, ni del todo abiertos, lo mira de nuevo, confirma que no se mueve y pasa de largo. La mujer de vestido largo y negro ni siquiera ha notado que casi le pisa la cabeza, va ocupada, con el teléfono en mano. Pasan a un lado, pasan del otro, a algunos les da asco y ni se acercan, a otros lástima y no hacen nada por el pequeño cuerpo, inmóvil desde hace horas, en la banqueta. Si supieran que su lástima no pueden salvarlo.

Apareció, así de la nada, no gritó siquiera, no emitió sonido alguno, cuando vimos, sólo estaba.

Su rostro afable no transmitía dolor ni sufrimiento, como si ni siquiera se hubiera enterado de que iba a morir, como si la muerte le hubiera llegado en el momento más cotidiano.

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