La fragilidad, mi mayor temor y quizás defecto.
Me he dado cuenta de que le preocupo a personas a quienes no quiero darles preocupación.
Y es esta parte débil de mi, que a esar de los años no logro combatir, les he hecho daño, me he hecho daño.
La corteza dura no hace más duro el fruto, a final de cuentas no sirve de mucho, las apariencias engañan, estoy muy consciente de eso, porque ha sido por años mi mejor arma, no quiero que noten cómo me rompo por dentro, cómo los restos se entierran por dentro, no quiero que me escuchen pedir a gritos su ayuda.
Soy débil, de corazón, lo sé. Y mostrarme más fría no cambia las cosas, la indiferencia no cambia las cosas. La soledad no cambia las cosas.
Si pudiera dejar de ser cobarde, no me aislaría del mundo, caminaría entre ellos sin temor a romperme, y les dejaría acercarse, porque a pesar de que me gusta estar sola, no deseo pasar mi vida así todo el tiempo.
¿En qué momento comenzó a avergonzarme lo que siento?
Estoy pagando ahora con lágrimas que no lloré hace años.
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